Asia se convirtió en el basurero del mundo. Los países del primer mundo no dejan de enviar contenedores llenos de sus desechos con destino a países en vía de desarrollo. El problema es cada vez más difícil de detener, y en lugar de cambiar hábitos, ahora se generan aún más desechos. Pocas personas piensan hasta dónde puede llegar la basura que tiran. Parece un hecho insignificante, pero mirado en su conjunto, el tema de los residuos sólidos plantea uno de los problemas más complejos del mundo. Tanto, que hoy circulan por los mares barcos cargados de basura, en busca de un país dónde descargar su maloliente mercancía.
Zhang Yin, la mujer con el negocio de reciclaje más grande de China
Durante décadas, China recibió cantidades exorbitantes de residuos, fue el principal importador de basura y, como suele suceder en ese país, convirtió este asunto en un negocio exitoso. De hecho, Zhang Yin, quien se convirtió en la mujer más rica de China y la primera incluida en la lista Forbes, obtuvo su fortuna gracias al negocio de papel y reciclaje, su empresa de reciclaje Nine Dragons importó, en su momento, la mayor cantidad de contenedores de residuos provenientes de Estados Unidos.
El problema se agudizó desde 2018, cuando China decidió prohibir el ingreso de basura a su país, provenientes de otros países, bajo una política que llamó «Espada nacional». Desde los años ochenta, el gigante asiático se había convertido en el basurero del mundo, por lo que su decisión desubicó a las potencias que se aprovechaban de ello.
Como consecuencia, Malasia empezó a recibir de manera ilegal miles de toneladas de basura proveniente de otros países, generalmente ubicados en Europa y Norteamérica. El ministerio de medioambiente de Malasia ordenó devolver 150 contenedores de basura, que en total sumaban más de 3.700 toneladas. Provenían de Estados Unidos, Canadá, Francia y Reino Unido.
Malasia Heredó desde 2018 la etiqueta de «basurero» del mundo, pero allá ha sido muy difícil manejar la importación de basuras provenientes de otros países. De hecho, en 2019 el país asiático se convirtió en el principal destino de desechos plásticos a nivel mundial. Esto incrementó la construcción de fábricas de reciclaje, que ya no dan abasto. Por esta razón, los desechos se convirtieron en un problema: los depósitos se llenan cada vez más de plásticos que no se reciclan y contaminan el medioambiente. Los países desarrollados exportan sus desechos al tercer mundo. ¿Por qué? Porque los residuos sólidos vienen contaminados, y se necesita personal para separar a mano lo que se puede usar de lo que no, y esto tiene un costo importante. Así pues, los países ricos buscan sacar provecho de la barata mano de obra asiática para reducir costos.
¿Qué retos enfrenta el reciclaje?
Colombia genera anualmente más de 12 millones de toneladas de basura, de las cuales solo recicla el 17 %.
Según la base de datos Comtrade de Naciones Unidas, publicada en 2018, en ese año lideraron la lista de exportadores de plástico, Japón con 925.953 toneladas, Estados Unidos con 811.420, y Alemania con 701.539. También entran en la lista Bélgica, Francia, Reino Unido, Polonia y Canadá. Todos estos envían sus residuos principalmente a Malasia, y antes la saturación de esta también a Tailandia, Vietnam y Hong Kong.
Este problema no es nuevo. De hecho, en 1992 entró en vigor el Convenio de Basilea, que busca aplicar un estricto control a todas las fases de los residuos peligrosos y contaminantes, desde su producción, uso, procesamiento y desecho.
Además, obliga a los países firmantes a hacerse responsables de su basura para evitar enviarla a otros países, los cuales muchas veces no cuestan con las condiciones técnicas suficientes para encargarse del proceso. En 2019 actualizaron el convenio para incluir los plásticos en la lista de residuos sólidos. Estados Unidos no firmó este acuerdo, en contraste con 187 que sí se comprometieron a cumplirlo. Aunque más de un país no firmó el documento, la Convención de Basilea aplica a todo aquel que quiera exportar basura.
Soluciones inmediatas que se plantean
El mundo está enfrentando a una situación que no da espera. Anualmente, el planeta produce más de 2.100 millones de toneladas de basura, de las cuales solo el 16 % es reciclada. Según el informe What a waste 2.0 a global snapshot of solid waste management, realizado por el Banco Mundial, en 2050 la producción de desechos aumentará 3,4 miles de millones de toneladas. Esta cifra sería completamente inmanejable para los países asiáticos que, de acuerdo con el Convenio de Basilea, no tendrían por qué recibir toneladas de basura.
Por esa razón, algunos están impulsando la ya conocida, pero poco aplicada, economía circular, un concepto ideado por la activista Ellen McArthur. Esta básicamente plantea dejar atrás el concepto lineal de «extraer, producir y desechar», para pasar al sistema circular de «reducir, reusar y reciclar». Esto permitiría aprovechar los recursos en todas las fases de producción, disminuiría el desperdicio y la contaminación, regeneraría los sistemas naturales, con obvios beneficios para la sociedad.
La buena noticia es que ya, sí existen países que se preocupan por procesar y reciclar sus residuos. Uno de ellos es Taiwán, que se convirtió en ejemplo para el mundo por su cultura de reciclaje. En 1988 su Administración para la Protección Ambiental (EPA) se vio obligada a tomar una decisión radical para solucionar el problema de la basura. Como primera medida obligó a las empresas a pagar un impuesto de reciclaje destinado a financiar un programa de reciclaje. La EPA, además, impuso tasas que los taiwaneses deben pagar por la basura, lo que los obliga a ser mucho más precavidos y los motiva a aplicar la economía circular. En 2012, Taiwán logró una tasa de 54% de reciclaje.
Noruega y Suecia, por su parte, importan basura para producir energía. La separación de basura por colores les permite procesar mejor los desechos y al incinerar el 50% de estos, producen energía tanto para calefacción como para electricidad.
Sin embargo, pocos países se esfuerzan por hacerse responsables de sus propios residuos. Hasta que la situación no mejore, los países asiáticos seguirán siendo los basureros del mundo y lo más grave: la contaminación no se detendrá.
¿Qué ciudad es la que genera más basura en el mundo?
Bombay produce 11.000 toneladas de basura por día, El Cairo utiliza los desechos como alimento para cerdos y los residuos de China aumentan el doble de rápido que su población. Pero las ciudades ricas son las que más basura generan.
Nueva York pasa veranos brutales, y ya sabemos lo que eso significa: un grave efecto isla de calor urbana y el omnipresente hedor de basura pudriéndose. En Nueva York, durante el verano, uno se vuelve consciente de la constante presencia de basura acumulándose en el pavimento, a la espera de ser recogida y llevada a un vertedero fuera de la ciudad.
De hecho, a menudo se dice que Nueva York es la ciudad que más desechos genera en todo el mundo. En este caso, eso quiere decir que Nueva York utiliza más energía eléctrica («el equivalente a un superpetrolero cada día y medio»), produce más basura (33 millones de toneladas por año) y gasta más agua. Esta dudosa afirmación proviene de un estudio publicado la primavera pasada en la revista científica estadounidense Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Pero aunque la ciudad que genera más residuos del mundo bien podría estar ubicada en Estados Unidos, un país con un altísimo nivel de consumo, es poco probable que Nueva York esté en el primer lugar. Si la ciudad que genera más basura del mundo está en Estados Unidos, algo muy posible, sería más probable que fuera una metrópolis en crecimiento en la zona de la Franja del Sol, como Houston, Atlanta, Tampa, o Phoenix. Todas estas ciudades tienen peores resultados que Nueva York en la mayoría de los índices medioambientales, pero no fueron incluidas en ese estudio en particular.
A nivel mundial, la ciudad de México es la que genera más residuos, después de la región de Nueva York: 12 millones de toneladas por año. Esto es en gran medida una cuestión de riquezas: las dos regiones tienen una población similar (20 y 21 millones de habitantes, respectivamente), pero el PBI per cápita es 3 veces mayor en Estados Unidos.
Basura en las calles o en vertederos ilegales.
Sin embargo, la basura es un grave problema de calidad de vida en México. Al menos en Nueva York los residuos son recogidos por los camiones de basura. En 2011, la ciudad de México cerró su vertedero más grande, haciendo que la basura comience a acumularse en vertederos ilegales o quede en las calles, dejando en evidencia la ausencia de una política efectiva de recogida y procesamiento de los desechos urbanos. Pero hay señales de esperanza, se han lanzado varias iniciativas de reciclaje, incluida una que permite a los ciudadanos cambiar productos reciclables por cupones que sirven para comprar fruta y verdura.
En el tercer puesto de las grandes ciudades generadoras de basura se encuentra Tokio, el área del Gran Tokio tiene un 50% más población que la ciudad de México, pero genera menos basura. Japón está muy densamente poblado, así que no tiene el lugar que tienen Estados Unidos y China para tener vertederos. En lugar de esto, Japón implementó programas de reciclado muy agresivos para reducir al máximo la cantidad de basura. Tokio, que busca ser una ciudad con «basura cero», no es la excepción.
¿Entonces cómo es que Tokio es la tercera ciudad que genera más desechos? Pues allí está el truco de cómo se mide la cantidad de residuos: la producción de basura es un derivado del consumo, y el consumo generalmente está ligado al ingreso. «Hay reglas generales para los niveles de consumo: al aumentar el ingreso, generalmente la población entra en patrones de mayor consumo», explica Alex Kovac, investigador del World Resources Institute, una organización internacional de investigación medioambiental. «Cuanto más rica es una ciudad, más se malgasta y más basura se genera».
El índice de producción de basura de una ciudad, dice Morton, sigue a grandes rasgos el índice del país en el que está. Según un estudio del Banco Mundial del año 2012, el más reciente sobre este tema, Nueva Zelanda fue el país desarrollado que generó más residuos (3,68 kilos por persona por día), seguido por Irlanda, Noruega, Suiza y Estados Unidos. Pero los datos de países más pequeños puede que no estén monitorizando bien el reciclaje.
Por ejemplo, Noruega tiene altos niveles de reciclado, y Oslo, su ciudad más grande, redujo exitosamente su producción de basura en los últimos años. Irlanda, por otro lado, tiene índices de reciclaje más bajos que el resto de Europa Occidental. Dublín debe de ser una de las ciudades europeas que más desechos genera, pero aun así no llega a competir como la ciudad que genera más desechos del mundo porque sus emisiones de gases de efecto invernadero no llegan a la mitad de las de Estados Unidos o Australia.
Estados Unidos es el país que produce más basura en términos absolutos, generando 624.700 toneladas métricas por día, lo cual equivale a 2,58 kilogramos per cápita. Estas cifras son considerablemente mayores que las de otros países ricos, como Japón (1,71 kg per cápita), Reino Unido (1,79) y Francia (1,92).
En China, los desechos aumentan el doble de rápido que la población. Como remarca The Globe and MailGlobe and Mail, China ahora produce un promedio de 1,12 kilos de basura residencial por persona por día, casi un 10% más que el promedio de Ontanio, aunque el PBI per cápita chino es más de 6 veces menor. Las ciudades chinas no reciclan, o sea, que la emisión de desechos podría recortarse a la mitad, como se ha visto en la vecina Taiwán.
China no discrimina los datos de desechos por ciudad, pero algunas ciudades chinas tienen problemas importantes relacionados con la basura, como Pekín, Cantón, y Shenzhen, que han comenzado a construir edificios incineradores de basura para compensar la escasa capacidad de los vertederos. Pero quemar la basura en realidad empeora el ya contaminado aire de esas ciudades. Cantón además ha comenzado a cobrarles a los hogares que excedan el límite de 1 L de basura por día.
Según un estudio de 2010 hecho por la empresa de agua embotellada Nalgene, que midió comportamientos informados por los usuarios como por ejemplo, uso del transporte público, reciclado y uso de electricidad, las 5 grandes ciudades de Estados Unidos que más malgastan son Houston, Cleveland, Atlanta, Tampa e Indianápolis, en ese orden. Nalgene concluyó que Nueva York es la tercera que menos malgasta, después de San Francisco y Seattle. En cuanto al mal uso del agua, la ciudad de Phoenix, que está construida sobre un desierto, gasta la mitad del uso residencial de agua en regar los jardines de las casas.
¿Cómo se tratan los desechos? Para ver qué ciudades tienen mayores problemas de desechos hay que tener en cuenta cómo tratan esos desechos. Si para medir, si una ciudad genera basura tomamos en cuenta el total de basura producida, las ciudades de los países en desarrollo no quedarían entre las más malgastadoras por la simple razón de que en ellas no hay tanto dinero para comprar y malgastar. Pero si tenemos en cuenta los problemas locales asociados con la basura, como el tener que apilarla en las calles, algunas de las ciudades más pobres del mundo, como Manila y Puerto Príncipe, tienen ciertamente muchos problemas.
Sin infraestructura para recoger la basura, los desechos son arrojados en ríos, canales o en las mismas calles, y el resultado es un caos sanitario. Otras ciudades en desarrollo que están colapsadas de basura que no pueden procesar incluyen algunas economías en rápido crecimiento como Bangalore y Delhi.
Bombay está en el quinto lugar de las grandes ciudades que más desechos producen, y el año pasado Bloomberg informó de que la ciudad estaba «siendo enterrada bajo una montaña de su propia basura». La ciudad, con más de 18 millones de habitantes, produce 11.000 toneladas métricas de basura por día. Envoltorios de plástico y botellas llenan las alcantarillas, la quema de desechos residenciales contribuye a la contaminación del aire y el resto se va acumulando en un vertedero gigante al aire libre.
En Delhi, que de 2007 a 2012 experimentó un aumento del 50% en su producción de basura, la falta de un sistema formal de recogida de basura genera montañas de desechos y da lugar a que personas muy pobres revuelvan en ella buscando cualquier cosa que pueda ser reutilizada o vendida. El problema de desechos en Delhi y sus niveles de smog bien podrían hacerla la ciudad más sucia del mundo.
El rápido aumento de la población también es un factor de riesgo. Yakarta, por ejemplo, es una de las ciudades que más rápido crece en todo el mundo y muchos de sus habitantes tienen la costumbre de arrojar los desechos en los ríos cercanos.
Es tanta la basura que llega al mar, que cada día se recogen 100 toneladas de basura de las playas de una isla a 8 kilómetros de la costa.
Incluso para una ciudad rica puede resultar imposible lidiar con sus desechos si está demasiado superpoblada. Hong Kong está al borde de quedarse sin espacio en sus vertederos. Hace una década, Singapur tenía el mismo problema, pero implementó políticas para alentar el reciclado y la quema de residuos para obtener energía. Ahora solo lleva el 2% de los desechos a los vertederos. Pero estos métodos también tienen sus problemas: quemar residuos aumenta la contaminación del aire, por las emisiones de carbón, las toxinas y las partículas.
Los problemas de residuos de El Cairo son únicos: no solo la ciudad produce 625 kilos de residuos sólidos por persona y por año, un índice altísimo para un país en desarrollo, sino que los métodos de reciclado a cargo de personas que revuelven la basura y usan parte de los desechos como comida para cerdos, han sido afectados por la inestabilidad política, las críticas religiosas del gobierno de los Hermanos musulmanes a la utilización de cerdos, y un brote de gripe porcina.
Cualquiera de estas ciudades podría ser considerada la que genera más basura del mundo, así que la corona no se la lleva Nueva York. El estudio de 2015, que la ponía en lo alto del podio, utilizaba un criterio de medición engañoso, ya que consideraba a toda la región metropolitana en vez de a la ciudad propiamente. La región metropolitana de Nueva York incluye enormes suburbios y ciudades satélite en tres estados de Estados Unidos. Además, el estudio solo tuvo en cuenta ciudades con más de 10 millones de habitantes, dejando de lado a ciudades más pequeñas, pero que generan una increíble cantidad de basura.
En Estados Unidos, las áreas suburbanas tienen un impacto ambiental mucho mayor que las ciudades que lo rodean. Este desfase es muy notable en Nueva York, por el hecho de que dentro de la ciudad hay muchísimos habitantes que no usan coche y los hogares son mucho más pequeños relativamente. La ciudad de Nueva York también cuenta con importantes programas de reciclado que se están expandiendo para, además de reciclar papel, metal y plástico, utilizar los desechos como abono.
Aunque según la BBC News Mundo – del 8 de julio del 2019
La «Crisis mundial de la basura»: 3 cifras impactantes sobre el rol de Estados Unidos.
El nivel de desechos que producimos a nivel mundial se ha acelerado en las últimas décadas, pero no estamos dando una respuesta adecuada a ese problema. Así lo denuncia un informe reciente de la organización británica Verisk Maplecroft, que alerta de una «creciente crisis» de la basura, causada mayoritariamente por el plástico.
El grupo especializado en análisis de riesgo reveló que a nivel mundial se producen más de 2.100 millones de toneladas de desechos cada año, lo que podría llenar más de 800.000 piscinas olímpicas.
Tan solo un 16% (323 millones de toneladas) de esa basura es reciclada.
La mayor densidad de población urbana peatonal y mejores redes de transporte público hacen que las ciudades y los suburbios de Europa y Japón sean mucho más eficientes a nivel energético que la mayoría de los centros urbanos estadounidenses. Programas para cobrar a los ciudadanos por según su nivel de producción de residuos, como “paga según deseches”, proyectos para aprovechar los desechos alimenticios, el reciclado generalizado, y políticas que aspiran a la “basura cero”, son solo algunas de las formas, en las ciudades, que pueden generar menos desechos, esto, y recortar el consumo lineal de producir- desechar.
«Aunque tenemos la capacidad tecnológica para resolver el problema mundial de la basura, 3.000 millones de personas carecen de acceso a la eliminación controlada de residuos»
El informe ofrece una solución global integrada al problema de la basura, incluyendo la mejora inmediata de la recogida y eliminación de residuos, la prevención y el incremento de la reutilización y el reciclaje de recursos.
Pide también un cambio esencial de la economía lineal de usar y tirar hacia el enfoque circular de reducir-reutilizar-reciclar los materiales.
¿Cuáles son las ciudades, con la mejor gestión de residuos del mundo?
Entre 7 mil y 10 mil toneladas de residuos urbanos se producen cada año. La gestión inadecuada de la basura es un gran problema por la salud, la economía y el medio ambiente, advierte el programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) y la Asociación Internacional de Residuos Sólidos (ISWA) en un estudio mencionado que los sistemas para resolver este problema existen, y que mejoran la calidad de vida y el medio ambiente, y son un buen negocio, como lo demuestran varias poblaciones que lo han implantado con éxito. En este artículo se muestran como ejemplo 10 ciudades con una gestión de residuos ejemplar.
Beneficios de una gestión sostenible de los residuos: informe 2/1/2020
Ahorro público (la falta de sistemas adecuados cuesta a los países entre 5 y 10 veces más que las inversiones necesarias), enormes reducciones de gas de efecto invernadero, responsables en gran medida del cambio climático, creación de millones de empleos verdes y beneficios económicos estimados en cientos de miles de dólares.
Las 10 mejores ciudades de los 5 continentes que reducen el problema de la basura, también consiguen beneficios económicos y ambientales.
«En Malmö (Suecia) solo el 0,7% de los residuos acaban en vertederos«
1. Bo. (Sierra Leona). La segunda urbe de este país africano tiene 167.000 habitantes y genera más de 120 toneladas de basura diarias. En 2013 estableció un original programa de gestión de residuos con el apoyo de fundaciones de ayuda al desarrollo, los ciudadanos y el uso de los residuos para crear nuevos productos y empleos locales.
2. Bogotá (Colombia). Con 7,5 millones de habitantes, produce más de 7.500
toneladas de basuras urbanas al día. Un sistema mixto público privado con
recicladores informales y programas de Basura Cero desvía 1.200 toneladas diarias de desechos del vertedero y da empleo a 8.250 personas.
3. Cebú (Filipinas). Tras Manila, con casi un millón de habitantes, Cebú es el centro económico más importante del país asiático. En 2005 diseñó un plan de gestión sostenible de residuos junto al sector privado y ONG locales, con separación de residuos biodegradables, reciclables y orgánicos en origen, campañas de educación ambiental, voluntarios o un sistema de multas e incentivos, que ha reducido la basura un 30% en 2012 y generado unos 200 empleos verdes.
4. Cochabamba (Bolivia). Con 630.000 habitantes es una de las poblaciones más grandes del país, con una producción de 500 toneladas diarias de residuos domésticos. La puesta en marcha en 2007 de un sistema informal de recicladores («Ecorecolectores») consiguió la recogida y tratamiento de 29.000 toneladas de residuos anuales y la creación de 443 puestos de trabajo.
5. Daca (Bangladés). Es una de las ciudades más pobladas del mundo, con sus más de 14 millones de habitantes. Ante la acumulación de basura en la calle, activistas de la sociedad civil comenzaron exitosas campañas de recogida, apoyadas después por instituciones y agencias internacionales de desarrollo que se han replicado en otras partes de Asia. Entre ellas destaca un sistema puerta a puerta en hogares y mercados de verduras para su posterior compostaje.
6. Flandes (Bélgica). Posee el crecimiento en la recuperación de los residuos más alta de Europa, pasando de casi cero en 1980 a más del 70% en 2013. Este hito ha sido posible con una mezcla de políticas sociales, fiscales y legales, educación ambiental, centros de reutilización o el sistema «Pay As You Throw» (PAYT): cuanto menos basura producen sus ciudadanos, menos impuestos o tasas municipales pagan.
7. Malmö (Suecia). Ha integrado un «modelo de eco-ciclo» que incluye separación en origen, instalaciones que generan energía de la basura, reutilización, reciclaje y compostaje a partir de restos de comida y jardín. Gracias a ello, los residuos que llegan al vertedero han pasado del 22% en 2001 al 0,7% en 2013; se cubre el 60% de las necesidades de calefacción de Malmö y el área de Burlöv, evitando combustibles fósiles; y se producen 25.000 toneladas anuales de biofertilizante, 10.000 toneladas de compost, biogás equivalente a dos millones de litros de gasolina y varios metales, incluidos preciosos.
8. Milán (Italia). Con 1.300.000 habitantes, es la primera ciudad de Europa con un sistema intensivo de separación en origen de residuos orgánicos, que supone hasta el 30% del total. Tras implantarse en 2012, a mediados de 2014 se había extendido a toda la población, con beneficios ya visibles: se recogen unos 91 kilos de residuos orgánicos per cápita al año y se recuperan vía compostaje y/o digestión anaeróbica 120.000 toneladas (un 18% del total de la basura generada) anuales que ya no van a vertederos, además de que se reducen emisiones de GEI.
9. Kiribati (Oceanía). Se trata del «pequeño estado insular en desarrollo» más grande en territorio oceánico del planeta. Desde 2000 puso en marcha una práctica de separación en origen; desde 2004, un sistema de depósito de envases de bebidas; y desde 2012, un sistema de pago por bolsas de basura que ha reducido la cantidad de basura y un 60% menos de residuos en vertedero.
10. Singapur (Asia). Esta ciudad-estado de 5,5 millones de habitantes ha pasado de tirar la basura en los pantanos, en la década de los 60 del siglo pasado, al actual plan de gestión centrado en la idea de que los residuos son recursos. Para ello se utilizan el aprovechamiento de la basura como energía (proporciona el 3% de la electricidad de la urbe), la recogida puerta a puerta y diversos programas de educación ambiental o de reducción de residuos de envases.
Para finalizar, en el siguiente enlace os dejo una noticia que encontré
investigando y que me pareció digna de ver, además de lo terrible de la
basura que se genera en el mundo, ver como algunas ciudades, incluso
Países logran darle un buen uso y aprovecharla es inspirador, la solución sí que existe. Y sin deciros más, aquí tenéis el enlace con un vídeo de como en Paraguay crean una orquesta con sus instrumentos, a partir de materiales
encontrados en el vertedero, y también como en Suecia, aprovechan los residuos para abastecer a la ciudad de energía, entre otras cosas.
¿y cómo podemos ayudar los individuos?
Podemos ayudar de muchas maneras, pero mi experiencia me dice que lo
más importante es reducir, que es el principio del método circular:
reducir – reutilizar – reciclar, estas son las llamadas 3R.
Pero… ¿Y qué es reducir? Y ¿Cómo se hace?
Pues te voy a explicar de que se trata; cuando hablamos de reducir, nos centramos en rechazar el consumo de productos reenvasados o con envases innecesarios, como por ejemplo en unos alimentos tan básicos como frutas y verduras, donde ninguno de ellos necesitan envases, y que puedes ir a comprarlos con tu propia bolsa de tela, carrito o cesta de compra, e intentar comprar todo lo que puedas a granel, eso reducirá muchísimo los desecho de envoltorios y si logras reducirlos, ya no tendrás esa basura para tirar, ¡¡¡hurra!!! Recuerda que cada vez que compramos algo, y aceptamos su envoltorio, estamos votando, y pidiendo que se produzcan más, el poder de la venta está en la demanda, o sea que el poder lo tienes tú.
Modificando pequeños hábitos poco a poco se conseguirá cada día tener menos basura para tirar y si todos conseguimos unirnos a este movimiento circular, estaremos ahorrando dinero, tiempo y mejorando nuestra salud, al evitar generar residuos, además estaremos salvando a nuestro planeta, de convertirlo en basura por completo, y así estaremos creando nuevos hábitos, para una vida más sostenible y mucho más sana para nosotros mismos. El cambio está en tus manos, ¿te sumas?